jueves, febrero 21, 2008

Otro delirio del Congreso: un proyecto para incorporar tecnología al fútbol

La idea es incorporar tecnología, reducir los fallos arbitrales, y de esa manera amenizar la violencia en el fútbol. Algo audaz (¿y absurdo?), es un proyecto (nro de expediente 2359-D-2007) que descansa en el Congreso de la Nación y al que tuvo acceso Datafull.com. El mismo pretende incorporar todos los medios técnicos para evitar el error en los fallos.

“Si hoy se cuenta con la tecnología necesaria para detectar en el acto y con gran exactitud, la existencia o no de un offside, por ejemplo, ¿por qué no aprovecharla?”, dice el legislador Lorenzo Borocotó (su padre fue periodista deportivo, inventor del término "La Máquina" para la delantera de River, y además fundador de Sacachispas, club de la Primera C), en su propuesta tech para el fóbal.

“El viejísimo photochart hace décadas evitó todas las discusiones en los hipódromos. En el tenis actual el uso de la tecnología es constante. (…) En el caso del fútbol, la tecnología también está: Desde hace ya varios años, fácilmente puede comprobarse en segundos durante cualquier transmisión televisiva en vivo de un partido de primera división si, por caso, hubo o no una posición adelantada (con indicación precisa incluso en centímetros) (…) Siendo así, no existe razón valedera alguna entonces para no aplicar estos avances tecnológicos en nuestros estadios”, señala el proyecto.

La idea, siempre según el mismo informe, sería del uso de “sistemas tecnológicos que permitan monitorear las jugadas en tiempo real y confirmar o corregir los fallos arbitrales dudosos”, que el cuarto arbitro esté "conectado permanentemente durante todo el tiempo de juego con los técnicos encargados de vigilar las pantallas televisivas, u otras tecnologías, para advertir al árbitro principal del encuentro de la existencia de un fallo que pudiere generar controversias” y que todo sea solventado por el mismísimo Poder Ejecutivo.

Más allá de lo difícil de la aplicación de la medida (no depende solamente de la AFA, sino más bien de organismos que regulan el fútbol a nivel internacional como la FIFA o la International Board), los motivos del proyecto son sorprendentes (y maravillosos para cualquier antropólogo).

“Sabemos que las causas de la violencia reinante hoy día en tales espectáculos son muchas y da características complejas, pero sin duda uno de esos factores, demasiado común, son los desaciertos en los fallos de los árbitros. El mayor porcentaje de quejas recaen sobre el referí”, explica el diputado Borocotó.

Y sigue: “No puede distinguir, por caso, si toda la pelota paso toda la línea de cal que delimita espacios en una cancha de fútbol, y de allí que muchas veces se cometan, aún involuntariamente debido a estas deficiencias, groseros errores de apreciación de una jugada que exacerban la pasión de los aficionados, generando o contribuyendo a generar los hechos de violencia que todos lamentamos al día siguiente”, completa.

En fin, un proyecto que está stand by desde el 21 de mayo de 2007 y que parece de difícil aplicación. La tecnología y el deporte, un capítulo más.

Chau, nos vemos a la vuelta del Viejo Continente.

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miércoles, febrero 13, 2008

Basta de números

Alguien está asesorando mal a Daniel Scioli. Parece un muñeco de torta moviendo su brazo (su único brazo) y diciendo que en tan sólo dos meses de gestión se efectuaron secuestros de nosécuántos miles de kilos de cocaína, Joaquín, se desbarataron nosécuántos desarmaderos de autos, y se frustraron nosécuántos robos, Gustavo... lo lee en un papel, como si eso significara algo. ¿Cuántos se frustraban el año pasado? ¿Cuántos robos no se evitaron? ¿En cuántas llamadas al 911 no se hizo nada?

Mientras tanto en la calle la "sensación" de inseguridad sigue fuerte, muy fuerte. Y la "sensación" es que todavía no hubo ninguna medida concreta para solucionar el tema.

Cristina anuncia que gracias al plan energético se ahorraron nosécuántos megavatios de energía. Una cifra que al menos a mí no me dice nada. ¿Cuál es el gasto total? ¿Qué representa ese ahorro para el país?

Cristina anuncia que a partir de la implementación de un nuevo plan habrá nosécuántas víctimas por accidentes de tránsito menos. ¿Por año? ¿Por mes? ¿En el más allá? ¿Cómo?

Mientras tanto, en algún rincón oscuro del conurbano bonaerense cientos de miles de agentes de prensa piensan nuevas artimañas numéricas para que sus intendentes y gobernadores de todo el país presenten datos que en definitiva son inexistentes. Miles de jefes de prensa piensan lanzamientos de planes que tampoco son reales.

¿Gestionar? ¿Solucionar algo? ¿Proponer debates interesantes? ¿Lograr una mayor transparencia en el seguimiento de las políticas públicas?. Así las cosas, más que nunca, estamos en la Hora de Maquiavelo.

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martes, febrero 12, 2008

Una Leyenda del fútbol

A veces, dicen, un buen representante hace maravillas. No tenerlo es arriesgarse a mucho: ya no importa solamente el cómo sino también de qué manera. "Medís 1,70 ya tenés un lugar asegurado", me dijo un taxista hace 6 años. Yo me reí. Y me dijo que jugaba Burdisso porque era alto. También me reí: no conocía bien a Burdisso.

Lo cierto es que el taxista tenía razón en algo: más allá de la estatura, decía un comentario con altura. Una buena vidriera hace al local. Y en eso, Guillermo Tofoni, representante de World Eleven, una empresa que le organiza los amistosos a la Selección (de escasa jerarquía la mayoría), ahora nos enseña una vez más sus artimañas de marketing.

Bernardo Leyenda se inició en Vélez, pasó por el Leganés de Grinbank, volvió a Banfield, pasó por Independiente, la hinchada lo linchó y le dio la oportunidad a Ustari... y ahí mismo recayó en River. Estuvo dos años jugando en Reserva por un préstamo barato y una opción de compra irrisoria (300 mil dólares). Pero estaba en River.

Nunca jugó. Siempre me pregunto cómo hay jugadores que cambian de club, no juegan nunca y los siguen eligiendo. Después me di cuenta de que esto jamás fue así y que optan por una buena relación a cambio de un buen trato y privilegio ante una figura inminente y, claro, circunstancial.

Bernardo ahora recayó en Racing. Y no deja de sorprenderme que un arquero con pocos pergaminos pase a ser Leyenda.

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viernes, febrero 08, 2008

El fútbol verdadero

Todos los martes en La Nación, podemos leer a Simon Kuper, un tipo muy preparado, recibido en Oxford en historia, que escribe (tal como se llama la columna) sobre el "Planeta Deporte". Recomiendo que todos lean estas brillantes columnas deportivas. Hace un tiempo lo contacté porque quería comprar su libro, El fútbol contra el enemigo..., pero me contestó que sólo estaba en inglés. Para mí, hubiera sido un desperdicio.

A veces, traza perfiles poco conocidos de deportistas (su desinterés, su vida), relaciona la vida cotidiana con el deporte que practican. Ejemplifica con modelos. En fin: es genial y vale la pena. Todos los martes y no se puede leer online.

Pero, bueno, al leer una columna sobre cómo disfruta el fútbol a los 38, decidí que lo mejor era publicar el artículo entero y que puedan juzgarlo personalmente.

Sólo clickeen en la foto y la van a poder leer.

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jueves, febrero 07, 2008

Cristina y sus buenas relaciones con los EEUU






Vía Cinematófilos

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miércoles, febrero 06, 2008

Así estafa Movistar

No usar el beneficio de cargar crédito y que te regalen SMS sin leer las bases del plan.




Señores, harto de las empresas de servicios públicos aquí vamos a contar algunas cositas que estos señores hacen para estafarnos. Lo más interesante es que muchas veces -como ésta- podrían hacer cosas piolas que realmente beneficien a los usuarios sin mayor costo para ellos. Pero no, pareciera que lo hacen a propósito. ¿Habrá alguien pensando cómo cagarnos?

Aquí la nueva maniobra de Movistar. Te mandan un mensaje de texto diciendo que cargues 20 pesos o más y te regalan 200 mensajes de texto. ¡Genial! Creo que gasto la mitad de mi crédito en ese servicio y 200 mensajes mi rinden mucho. Hace un tiempo me avisaron de la promoción y decidí hacer uso de ella. Los 200 SMS, como era de suponer y como sucede con este tipo de promociones, duran sólo un mes. Hasta acá no hay quejas.

El problema es que hoy me llegó nuevamente ese SMS con la misma promoción. Como aquella vez me había sido muy útil, vuelvo a cargar 20 pesos. Cuando chequeo mi crédito, la maldita locutora me informa que... ¡Los 200 SMS de regalo sólo valen por 15 días! ¿La próxima vez valdrá sólo por un día y los tipos estos no te avisan?

"Pero si le avisamos", contestan. Claro, está bien chiquito en la página web de la empresa. Una simple estafa. Y para quienes lean esto, recomiendo no hacer uso de esa efímera promoción.

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Coherencia (pacto Kirchner-Lavagna)


Sí, estoy con Lavagna... ¿Y qué? Ahora eso parece un pecado, como si no se supiera quién juega de cada lado. Creo que el pacto Kirchner-Lavagna debe ser celebrado: es un acto de coherencia.

Desde este blog (y también en el programa de radio) critiqué los vaivenes de Macri en las elecciones presidenciales y su falta de apoyo a Ricardo López Murphy; creía -y sigo creyendo- en la importancia de un partido de centro derecha sólido. También critiqué -y critico- las idas y vueltas de Elisa Carrió, que pasó de centro izquierda a centro derecha sin escalas y ahora dice que las ideologías no existen.

Lavagna y Kirchner son parte de un mismo espacio político; siempre lo fueron. Eso no implica pensar igual es absolutamente todos los temas, sino tener una serie de acuerdos básicos en el modelo de país que se quiere construir. Lo demás (el Indec, las relaciones con un presidente extranjero, la cantidad de decretos...) son cuestiones muy importantes pero superficiales. Después de todo, Hillary Clinton y Barack Obama pertenecen a un mismo partido pero piensan distinto en muchas cosas. Lo importante es que exista un marco ideológico de acuerdo.

Lavagna y Kirchner, Kirchner y Lavagna, deben militar en el mismo espacio político. Después de todo uno es el autor ideológico y material del modelo económico que tantos réditos políticos le ha dado al otro. Lo demás es puro cuento.

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martes, febrero 05, 2008

Yo estuve ahí

Hoy me emocioné mucho al ver la tapa de Olé: era, por si no la vieron, sobre un club de fútbol, Victoriano Arenas, que juega en la Primera D y refugiado para que no le roben las pocas pelotas y vestimenta que les queda. Usté dirá, con justa razón, qué mierda de emoción puede provocar eso en mí.

Yo también estuve en Olé, hice mis primeros pasos en el Ascenso, y también estuve varias veces en la cancha de Victoriano Arenas. Era pasante, llamaba los jueves, otro pasante me respondía y me decía las designaciones de Beto Tisinovich, el jefe de ascenso. "Victoriano-Deportivo Paraguayo", me solían decir. Bien. Cómo llegar. Recuerdo que me tomaba un colectivo hasta Puente Alsina y después, creo, uno con cartel amarillo que me dejaba antes de la fábrica de Siam que te conduce a la cancha de Victoriano. No sé si no era el 256, tal vez estoy equivocado, pero estoy harto de googlear. Esta foto que salió en Olé describe ese camino.



Era realmente una imagen impresionante. Como atravesar las cenizas de la segunda guerra mundial. Ahí estaba lo terrible de un proyecto desindustrializador del país. La Dictadura, el alfonsinismo, el menemismo. Todo se concentra ahí: es la imagen de un río contaminado (el Riachuelo no podía quedar afuera) y un humito negro que no sabe para dónde salir disparado. Es la posguerra, con lo peor de la posguerra. Al costado hay una villa miseria. No creo que ellos sean los culpables de que en Victoriano haya robos.

Tisinovich comenta la nota de hoy, que es tapa, que la zona es como Bagdad o Gaza. Yo nunca me atreví a preguntar si me podían poner un auto para ir a la guerra. Y eso que fui más de 3 veces, seguro (con rivales de menor jerarquía que Deportivo Paraguayo). Quizás porque en los derechos del pasante se prohíbe preguntar.

La nota cierra con un compendio de lugares comunes: "Está claro que la solución no aparecerá de un día para el otro". "El problema debe ser tratado desde su raíz". "La carencia de contención familiar influye en la psicología de los delincuentes...", "la cosa no puede continuar de esta manera" "Sea quien sea, alguien debe tomar cartas en el asunto para acabar con una cuestión terminal con la que el país ya se acostumbró a convivir desde hace mucho tiempo" (SIC). Pero por suerte para mí, ya no voy más a Victoriano. Ya no es un lugar común de novedades los jueves.

Pero hay gente que sigue viviendo ahí.

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Argentina juega contra Gran Bretaña...

Y no contra Inglaterra.

Pese a lo que muchos pueden confundir, la jornada de Copa Davis de este fin de semana no será ni una revancha ni una chance de reivindicación histórica. De hecho, más allá de todo, el deporte nunca lo fue. Pero lo curioso es un dato que nos dan en Fue Buena: Inglaterra no participa por sí sola en deportes como el tenis, o los Juegos Olímpicos (esto es porque participan comités olímpicos de todo el mundo).

Por eso, basta de excusas baratas, agitadoras del show mediático. Pero basta, más allá de todo. Es un partido de tenis. Vamos, vamos.

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sábado, febrero 02, 2008

Seguridad


Está al tope de las preocupación de la gente; la gente, monstruo amorfo, caprichoso, volátil… la opinión pública, la gente, quiere mayor seguridad, sin importar cómo ni por qué.

Seguridad… quiere que no le roben, que no la maten, que no la violen, saber que sale a la calle y que vuelve. Seguridad, un vicio burgués que desconoce las necesidades de los otros, de los que tienen hambre, de los que no tuvieron educación, de los que no tienen trabajo.

La gente pide seguridad. Que los vecinos -gente buena- estén tranquilos en la calle y los ladrones, entre rejas. Una ecuación sencilla.

Seguridad… ¿para qué tiene que vivir esa clase de gente? Si no le hacen ningún bien a la sociedad y encima todos les tenemos que pagar su vivienda y comida en la cárcel. Y lo peor es que entran por una puerta y salen por la otra, la única forma es poner un poco más de mano dura. Con los militares esto no pasaba.


Creo que estamos en problemas. Vivimos en una sociedad sumamente insegura. Pero insegura en todo sentido. Según la Real Academia la definición de seguridad es “certeza". Conocimiento seguro y claro de algo”. No habla ni de policías, chorros, maquiavelos o estafa’os. Tal vez entonces una primera solución sea sacar de la página de policiales al problema y mirarlo desde lo que la palabra dice. Seguridad es certeza, previsibilidad, saber cómo algo funciona para poder actuar en consecuencia.

En Buenos Aires no hay seguridad de casi nada.

No es seguro que volvamos a casa.

Si nos afanan no tenemos a quien recurrir; hacer una denuncia policial es un mero trámite burocrático/administrativo que en general no resuelve nada.

En Buenos Aires no es seguro que vas a viajar en colectivo. No porque te vayan a afanar -solamente- sino porque probablemente tengas que esperar media hora a que venga, si es que viene.

En Buenos Aires no es seguro que puedas viajar en colectivo, ni comprar caramelos, fruta y verdura. “No hay monedas, nene”. Por alguna mística razón no hay monedas en la calle (imprescindibles para viajar en esta ciudad, porque los colectivos no aceptan billetes) y estamos matándonos los unos a los otros por chirolitas de un peso. En la era digital, en que todo se solucionaría con una tarjetita prepaga, tenemos que seguir peleando por monedas.

En Buenos Aires no es seguro manejar. Cada uno hace lo que se le canta en la calle.

En la Argentina no es seguro que mañana tengamos trabajo, ni que el banco no incaute todos nuestros ahorros, que cualquiera se instale en nuestra casa y no poder sacarlo, que la guita que guardamos abajo del colchón no desaparezca, que la que guardamos en una caja fuerte no pierda su valor…

Trenes abarrotados, subtes que paran un día entero sin previo aviso, cuidacoches ilegales que te patotean si estacionás en su cuadra: hacen privado un espacio público. Plazas y parques abandonados, cada vez más gente viviendo en la calle (pese a que mejoró la situación económica)… la ciudad es tierra de nadie.

Creo que estamos en un problema… en un doble problema. El primero son todas las cosas que acabo de mencionar y sus consecuencias. El segundo es que ante la inacción, parece muy fácil tentarse de intentar soluciones extremas.

Ante un progresismo inactivo, una centro izquierda que no plantea la más mínima solución, se dejan muchos flancos débiles para que penetre el discurso de las derechas más reaccionarias: aquellas que no creen en los derechos humanos, ni en las garantías sino en la mano dura e incluso la pena de muerte.

No hace falta plantear soluciones radicales para resolver el problema. No hace falta aumentar penas o matar a todos. Alcanza con hacer leyes sencillas y cumplibles que generen una sociedad más segura, certera y -por sobre todo- justa en el sentido más amplio de la palabra.

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