jueves, octubre 23, 2008

Maradona: Ser o no ser

Después de su retiro, Diego coqueteó con varios lugares dentro del ambiente. Su presencia, sin embargo, vale más que mil palabras: tenerlo cerca y no adentro es lo que querían todos, hasta él

Antes de Basile, después de Pekerman, parecía que Diego Maradona iba a ser el técnico de la Selección. No lo fue. No se trató de la propia voluntad de Julio Grondona, sino más bien un mutuo acuerdo entre ambos: yo no te llamo y vos no venís.

Pasó lo mismo luego. Parecía que Diego Maradona iba a ser el técnico de Boca. Hasta Mauricio Macri se lo ofreció. Pero él, más claro que nunca, admitió lo que muchos ven en él: "Todavía me falta experiencia". Y no aceptó.

Diego sigue cerca del mundo del fútbol, pero aún no asume responsabilidades verticales. Lo hizo sí con Mandiyú y con Racing: y no le fue como con su zurda. Sí, tuvo el oportunismo de un ojo cítrico y recomendó a Alfio Basile para que dirigiera a Boca en su momento. Y no se equivocó. Macri, en definitiva, se decidió por el "Coco".

La imagen de Maradona vale más que mil palabras: tenerlo cerca y no necesariamente adentro es lo que todos quieren. Así como apoyando en el vestuario a la Selección en Alemania, como a los jugadores de Boca en un entrenamiento, como a la Selección en Beijing. Así lo querían todos. Así lo quería él: el hombre que sabe de todas las mañas del fútbol y que por eso no quiere alejarse de la pelota. Pero tampoco mancharse. ¿Dejará de ser el embajador de sus pasiones para convertirse en el protagonista de sus sentimientos? Habrá que esperar.

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miércoles, octubre 15, 2008

¿Por qué en la Argentina no hay estos debates?

No soy muy pro-yanki. No amo su cultura, ni su plata, ni su way of life. Tampoco soy anti-yanki: no veo que sean los responsables de todo lo malo que pasa en el mundo (aunque lo son de varias cosas) y creo que la palabra "imperialismo" no tiene demasiado sentido en el siglo XXI.

Más allá de ese tipo de consideraciones, tengo que reconocer que los debates entre los dos candidatos presidenciales me despertaron mucha envidia. En el medio de una crisis económica sin precedentes pudieron debatir, entre otras cosas, sus posturas sobre el aborto, sin levantar la voz y respetando sus turnos. En la Argentina nunca hubo un debate presidencial. Y los que sí se hicieron -en general a Jefe de Gobierno porteño- parecían una charla de viejas, a los gritos y sin el más mínimo respeto.

En Argentina si uno va primero en las encuestas, y aceptara debatir, sería visto como un "pecho frío", un cagón que da ventaja a sus rivales. Se lo tiladaría de republicano, como si eso fuera algo malo. Es puto, dirían finalmente.

Una lástima. Tendremos que seguir mirando estas cosas por la CNN mientras nosotros nos seguimos comiendo las cabezas entre todos.

P.D: les recomiendo este artículo sobre debates políticos que escribí para Opinión Sur Joven

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