El gobernador Alberto Rodríguez Saá fue electo con más del 80% de los votos. ¿Es esto un símbolo de la gran aceptación que su gestión tiene en San Luis? En absoluto.

Saddam Hussein, que encabezaba un gobierno dictatorial en Irak (sin que esto justifique la intervención yanki) era reelecto con el 90% de los votos; el propio Hitler ratificaba su poder con elecciones que ganaba casi por unanimidad.

Si un gobernante gana por una diferencia tan abrumadora la lectura es otra: no se trata de que esa gestión sea perfecta, porque aún con gestiones excelentes habrá un porcentaje importante de personas que las crean perfectibles. Se trata de administraciones fraudulentas que logran convencer a la gente que sin ellos (los mandatarios actuales) su vida física o material corre peligro.

Todos los candidatos opositores con chances se terminaron bajando de la pelea. Evidentemente no estaban dadas las condiciones para enfrentarlos. En San Luis las elecciones no son libres y competitivas. Por lo tanto el régimen provincial no puede ser considerado democrático. Al menos como nosotros entendemos la democracia liberal y pluralista.