Así se siente Carlos Menem en estos días, según aseguraron fuentes cercanas al ex presidente. Dice estar deprimido y cansado. Tiene 77 años, pero parece de mucho más. Lejos quedaron aquellos años en que era un Dios, lindo, rubio y de ojos celestes.

Menem está deprimido, tal vez por el vacío que deja la ausencia de poder. Quería quedar como procer, pero la historia parece haberle dado vuelta la cara. La opinión pública pasó del amor al odio y probablemente luego termine en la indiferencia.

Así es el poder... parece eterno cuando se está en la cima de la montaña, pero cuando se va te das cuenta de que no era una montaña sino una ola: viene y se va. El hombre está deprimido, sin poder, sin la Chechu, sin el apoyo de la gente, sin el cariño de sus colegas...

Ya lo dije en alguna oportunidad, pero vale repetirlo. Tenerlo en el Senado es una excelente imagen para que todos los políticos recuerden que del polvo vinimos y al polvo vamos.