Se sabe. En la Argentina pagan más los que menos tienen, al menos en proporción. Para que te des una idea, una persona que cobra 500 pesos por mes y se gasta todo lo que gana, le tiene que pagar al Estado el 21% de sus recursos; es decir, 100 pesos por mes ó 1200 por año. Es decir, que esta persona trabaja dos meses y medio al año para pagarle el Impuesto al Valor Agregado al Estado.

Los ricos también pagan. Y el dinero que pagan es mucho mayor. Pero probablemente le sea menos costoso a quienes ganan 2.000, 3.000, 10.000, 20.000 pesos. Aunque paguen más, lo sufren menos.

La Argentina tiene un IVA del 21%. Por cada 121 pesos que pagás en el supermercado, 21 son para el Estado. Todos los países tienen IVA porque es un impuesto muy fácil de cobrar. Pero pocos cobran tasas tan elevadas: en América Latina sólo aparece Uruguay con el 22%. Brasil tiene el 11%, Venezuela el 0,9%, Chile el 19%.

La mayoría de los economistas coinciden en que hay que reducir el IVA y aumentar el impuesto a las ganancias, de modo que paguen más los que más ganan y aliviar la presión impositiva a los más pobres.

¿Estará de acuerdo con esto el nuevo ministro de Economía? Martín Lousteau dice en su libro "Hacia un Federalismo Solidario", del año 2003. "En la lucha contra la evasión es más importante la mejora de la administración tributaria que la aplicación de grandes modificaciones a los tributos existentes".

No obstante reconoce que " (...) en la medida que presupuestariamente sea posible una reducción de la alícuota del IVA del 21% a valores más cercanos al 18% también sería positiva".

En las conclusiones del capítulo sobre "La Lucha contra la evasión como principal estrategia tributaria" (Ya el título demuestra mucho sobre cómo piensa) asegura que:

"La Argentina no necesita una reforma tributaria sino una lucha profesional y sostenida contra la evasión".

Veremos qué hace en el poder. Por ahora la estructura impositiva será la misma y los pobres deberán acostumbrarse a compartir su exiguo salario con el Estado.