Parece una obviedad. Quizás no lo sea. Pero a Télam lo mantenemos con nuestros impuestos. Es muy triste esto: grabé la portada del sitio de la agencia a las 12 de la noche del martes del cacerolazo. Esto es lo que me encontré.
Nada de nada del cacerolazo. Cómo puede ser. ¿Hago mal en sorprenderme? No dejo de sorprenderme de las pandillas patoteriles oficialistas, casi camisas negras. Algunas funcionan en Plaza de Mayo; otras en Télam.
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