Siguen las mentiras de Lex Macri. Durante la campaña decía que iba a solucionar los problemas de los vecinos simplemente "administrando bien los recursos que son de todos". Decía que el tema era que la vieja política gastaba mal, nombraba empleados a parientes y amigos, y que en lugar de arreglar hospitales armaron un canal (Ciudad Abierta), que no ve nadie.

Según Lex todo se iba a solucionar cuando él llegara. Sin embargo, a pocos días de asumir, ya están pensando en modificar el Presupuesto y endeudarse en 1.600 millones de pesos. Es decir, que como el dinero no le alcanza para hacer ni la mitad de las cosas que prometió, se va a endeudar y dejarle el kilombo al que asuma dentro de cuatro años.

Sería algo así: vas a comer a un restaurante de Puerto Madero, te pedís los platos más caros, invitás a un amigo a que te acompañe con el café, y luego te vas al baño y te fugás dejando que él pague tu cena. Algo parecido a lo que hizo el Turco con el país: "Después de mí, el diluvio".

Pero ojo: no cualquier endeudamiento es malo. Si por ejemplo sirviera realmente para ampliar la red de subtes -una obra importantísima que no estaría mal que paguemos las futuras generaciones- tal vez valdría la pena. El problema es cuando no se sabe para qué se adquiere el dinero. Por ahora se habla de crear un Fondo de infraestructura social, con el que se harían inversiones en Educación, Salud, Vivienda y otras áreas. Pero no hay mayores precisiones. Todo indica entonces que se terminará usando para gastos corrientes... Es decir, lo mismo que trató de hacer Telerman el año pasado, pero los amigos macristas no lo dejaron. Claro, no tenían al ecuatoriano Jaime Duran Barba para que los asesore.