Está claro que no fue una tarde más: fue, entonces, un día de aquellos. Se respiró fútbol, se respiró Rugby. El Superclásico se adelantó para que podamos ver a Los Pumas. La cita máxima del fútbol argentino no defraudó: al menos hubo uno (River) que intentó jugar al fútbol.
Los Pumas vinieron después, cual cine continuado, de la vieja guardia. Nadie se quería perder la película: terminó el clásico e inmediatamente empezaron ellos. Los que pusieron al deporte argentino en lo más alto. Los que, sin competencia internacional mediante más allá de un Mundial, demostraron que son más que equipos que se codean con los grandes. No estar, a veces, simboliza estar presente, aunque otros no quieran.
En definitiva, no fallaron ninguno de los dos: vimos fútbol en el Superclásico, vimos Rugby después. Un día a puro nivel.
En el Súper ni hubo tiempo de festejar ni de quejarse: había que quedarse a ver lo que venía después. A Los Pumas también les fallaron las agujas: mientras escribo esto, todavía está jugando Independiente con Newell´s. Zapping.
Día de aquellos: aquellos amantes de eventos y promesas cumplidas la pasamos bien. En definitiva, fue un buen fin de semana.
domingo, octubre 07, 2007
Buen fin de semana
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