Cristina ganó bien; un triunfo indiscutible. En el discurso en que se adjudicaba la victoria dijo que iba a trabajar incluso con aquellos que no la votaron. Pero no mencionó a ningún candidato de la oposición.

Elisa Carrió salió segunda bien. Reconoció su derrota casi a las 2 de la mañana, pero en su discurso sólo mencionó las victorias. Poca autocrítica. No llamó a Cristina Fernández de Kirchner porque -dijo- "sería una sobreactuación". Lavagna desapareció del mapa. Tampoco hizo ningún llamado.

Mientras tanto, en algún otro lugar de ciudad Gótica, Alberto F. salió a regañar a los porteños por votar "como una isla". Con dedito levantado les criticó su voto. Algunos medios salieron a hablar de "Voto Gorila". ¿Otra vez reeditar esa pelea?

En los bunkers de Mauricio Macri y Hermes Binner, cuando ganaron las respectivas gobernaciones, se escucharon cánticos y silbidos hacia Kirchner. Ambos líderes pararon la pelota. "Eso no es PRO", dijo Macri. Algo similar ensayó Binner. En el bunker de Cristina se gritó contra "la gorda", contra "los gorilas" o el "volveremo' a ser gobierno como en el 73".

¿No hay alguna forma en que los líderes de las fuerzas mayoritarias se comuniquen y se termine con los agravios? Esperemos que la futura Presidenta recapacite sobre estos temas.